
La innovación tecnológica que desarrollan los parques científicos y tecnológicos, clave para abordar los actuales retos de la Bioeconomía.
El Auditorio del Parc Científic de Barcelona se ha convertido hoy en el escenario del II Congreso Internacional de Bioeconomía, organizado conjuntamente por Cajamar y la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE), en colaboración con el Parc Científic de Barcelona y el Parc Científic i Tecnológic Agroalimentari de Lleida.
Cerca de 150 investigadores, técnicos y empresarios han asistido a este encuentro, que ha contado con reconocidos expertos internacionales y nacionales, y cuyo objetivo ha sido impulsar la bioeconomía y el desarrollo de proyectos innovadores más eficientes que favorezcan la generación de un nuevo modelo económico sin dependencia de los combustibles fósiles.
Las estrategias para diseñar un nuevo modelo económico más allá del petróleo a través de un uso eficiente del material biológico disponible, del aprovechamiento de los subproductos agrarios e industriales y de nuevas formas de energía sostenible, es un objetivo cada vez más presente en el tejido productivo de nuestro país. Año tras año crece el número de empresas que apuestan por el uso eficiente de los recursos naturales, por ello y ante la necesidad de crear un espacio de colaboración interdisciplinar para impulsar y dar visibilidad a los avances que se van alcanzando, desde hace dos años APTE y Cajamar colaboran en la organización de encuentros y congresos bienales dedicados la bioeconomía.
En el acto inaugural, el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde ha destacado que en nuestro entorno más inmediato, la Unión Europea, la bioeconomía comienza a ser una realidad. En conjunto sus diferentes ramas generan anualmente un volumen de negocio que sobrepasa los dos billones de euros y da empleo a más de 22 millones de personas.
“En España –ha indicado–, el peso específico del sector agroalimentario, la diversidad de nuestra oferta, su sofisticación, la multiplicidad de agentes implicados en red y sus condicionantes ambientales, hacen de nuestro país un entorno idóneo para el desarrollo de muchas de las premisas más avanzadas de la bioeconomía en ámbitos muy diferentes, especialmente en aquellos más dinámicos y más proclives al emprendimiento y la incorporación de la I+D+i en su modelo de negocio, como el sector de la agricultura intensiva”.
Por su parte, el presidente de APTE, Felipe Romera, ha subrayado el papel de los parques científicos y tecnológicos como “motores de las tecnologías del futuro y propulsores de sectores emergentes, como la Bioeconomía, que ayuden al desarrollo económico y social en nuestro país”. En este sentido, ha precisado que los 51 parques operativos incrementaron su número de empresas hasta alcanzar las 8.000, las cuales facturaron 27.000 millones de euros y proporcionaron empleo a 170.000 personas. “Uno de los aspectos más importantes – ha añadido- es que el empleo en actividades de innovación y desarrollo (I+D), que representa el 20% del empleo total, ha aumentado en casi un 13% respecto a 2016”.
El Congreso ha contado con relevantes representantes nacionales e internacionales que han expuesto una imagen global de la situación actual de la bioeconomía y sus diferentes aplicaciones. Las ponencias se han dividido en dos bloques, uno de carácter institucional basado en el análisis de las políticas actuales de fomento del conjunto de disciplinas que conforman la bioeconomía y su traslado a la realidad empresarial; y el otro de carácter técnico-económico dedicado al futuro de la agroalimentación a través de los diferentes retos que a los que se enfrenta este sector y que repercutirán en el desarrollo de diferentes ámbitos de la economía.
Conocimiento y tecnología
Manuel Laínez, director de Estrategia Española de Bioeconomía, ha dedicado su intervención a las oportunidades que representa la bioeconomía para la economía. Durante su exposición ha resaltado que en un país como España, en la que las actividades ligadas a los recursos biológicos representan el 6,5 del PIB y el 9 % de la población activa, debemos ser pioneros en su impulso y desarrollo.
La actividad de la bioeconomía en nuestro país tiene un peso específico mayoritario en el sector agroalimentario y, según ha señalado, “requiere disponer de nuevos conocimientos que permitan generar tecnologías que garanticen la sostenibilidad en las cadenas de valor actuales y en las nuevas que se han de generar a partir de la utilización de distintas fuentes de biomasa”.
En su exposición ha apuntado que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en sus distintas proyecciones de evolución de la población mundial, ha establecido que, en el año 2050, el mundo contará con 9.100 millones de personas. Para alimentar esta población será necesario en torno a un 68% más de alimentos.
Posteriormente, ha sido el turno de Elías Fereres, miembro de la Real Academia de Ingeniería, quien a través de una ponencia de carácter técnico-económico, ha realizado una aproximación al futuro de la agroalimentación a través de los principales retos a los que se enfrenta este sector.