Diversificar en productos y mercados, claves del sector ovino para mirar al futuro

almudena álvarez fernández
palencia

El Centro Tecnológico de Cereales de Castilla y León CETECE organizó el pasado mes de mayo una jornada técnica para conocer la situación en la que se encuentra el sector de ovino de carne y de leche en Castilla y León; identificar las alternativas que ofrecen los subproductos y valorar las oportunidades que ofrece el sector de ovino en la actualidad en Castilla y León.
Un sector que está experimentando cierto retroceso en los últimos años en Castilla y León y que, según los ponentes de la jornada, tiene que aprender a “mirar a largo plazo” y establecer alianzas que incrementen sus oportunidades y fortalezcan su tejido productivo fomentando el consumo, aprovechando la diversidad de mercados (hostelería, distribución y minorista/carnicero) y apuntalando la exportación para abrir nuevos mercados fuera de España.
La jornada contó con la participación de técnicos y expertos en el sector como José Manuel Domínguez, técnico de la unión de cooperativas URCACYL; Tomás Rodríguez, director de la Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y Caprino, INTEROVIC; Mariano Paramio, presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado de Raza Churra ANCHE; José María Bello, jefe de producto de la empresa de piensos NANTA o Alberto García Torés, director general de Granja Desarrollo Ovino AGM.


Todos ellos dieron las claves para afrontar el futuro de un sector, el ovino, que tiene mucho peso en Castilla y León, la principal productora de leche de ovino de España con 295 millones de litros de leche y la Comunidad que mayor cantidad de carne de ovino produce en España. Aproximadamente el 24% de toda la carne que se produce en España se produce en Castilla y León y se sacrifican un tercio de todas las cabezas de ovino que se sacrifican en España.
Además, según explica José Manuel Domínguez el sector del ovino/caprino está muy cooperativizado en Castilla y León está muy cooperativizado, con el 76 por ciento de las ganaderías en manos de cooperativas (solo URCACYL agrupa a 14 cooperativas y 1.600 productores de ovino) y genera un volumen de negocio muy importante, con Zamora a la cabeza como la provincia con mayor censo de ovejas reproductoras y Salamanca como la provincia con mayor número de explotaciones.


Sin embargo, como apunta José Manuel Domínguez este sector va en retroceso en Castilla y León, con un descenso importante en el número de explotaciones activas, y una disminución del censo con 10.800 explotaciones registradas, de las cuales el 20% dedicado a producir leche y 65% a producir carne. Los datos confirman que se ha caído en un 6% el número de animales sacrificados en Castilla y León en 2020 con respecto a 2019, y en un 2,5% la producción de leche.


Según este profesional, el sector está en claro retroceso porque “es un sector muy sacrificado” que requiere atención 24 horas al día siete días a la semana sobre todo en la parte más intensiva, la producción de leche, que es donde destaca Castilla y León, porque está envejecido y los malos precios de la leche contribuyen a que algunos adelanten la jubilación y cierren sus explotaciones y porque no hay relevo. A pesar del cierre de explotaciones, las que quedan se van dimensionando en tamaño y van asumiendo parte de la producción, “pero en los últimos años por mucho que se dimensionen no se llega a compensar todo lo que se pierde”, afirma el técnico de URCACYL.

PLANTACIONES ARBUSTIVAS.

En este sentido el presidente de ANCHE, Mariano Paramio aboga por dignificar el trabajo de los ganaderos de ovino para evitar que desaparezcan las ganaderías que fijan población en los pueblos, generan empleo y riqueza y cumplen con todos los requisitos medioambientales de la Unión Europea, además de contar con sistemas de producción sostenibles medioambiental y socialmente. Sin olvidar toda la cadena alimentaria que hay detrás de la ganadería.

«Los ganaderos de ovino no somos fábricas de carne. Los ganaderos de ovino estamos en el medio rural, nuestras ovejas pastan y viven en el campo», sostiene el presidente de ANCHE, advirtiendo que «cuando desaparece el último rebaño del pueblo, desaparece el pueblo».


Por ello Paramio incide en la necesidad de proteger este sector y a sus profesionales y dignificar el trabajo del pastor y sostener el tejido ganadero actual con nuevas estrategias y fórmulas laborales que inviten a trabajar en la ganadería y a vivir en los pueblos.


Pero no hay que olvidar que el sector se enfrenta a numerosas amenazas. Los datos del Ministerio de Agricultura revelan que el consumo de carne de ovino y caprino ha caído a la mitad en los últimos años, hasta las 60.000 toneladas actuales. O lo que es lo mismo se ha reducido drásticamente hasta un 50 por ciento. “Estamos en un ambiente anti carne. Actualmente se publican numerosas noticias contra el consumo de carne”, asegura Tomás Rodríguez, director de INTEROVIC, la Interprofesional del Ovino y Caprino de Carne, que trabaja para fomentar el consumo de carne de ovino. “Hay fondos de inversión y capital riesgo que están invirtiendo en sustitutivos de carne para modificar las tendencias de consumo”, añade. Una amenaza global que, según Rodríguez, está creciendo de forma “exponencial” y tiene el apoyo de la Comisión Europea.


En este sentido Rodríguez y Paramio se alinean en sus argumentos en cuanto a la sostenibilidad del sistema de producción del ovino tanto para producir carne como leche. “El valor de sostenibilidad del ganado ovino es una oportunidad y encaja en el pacto verde de la UE y los Objetivos de Desarrollo Sostenible” afirma Rodríguez. “Estamos produciendo el alimento más sostenible que hay porque no compite con otro tipo de alimentos ya que aprovecha unos territorios que de otra forma se perderían, consume materias primas que se perderían y contribuye a mantener el medioambiente porque evita incendios. Ese es el gran valor medioambiental de las ovejas. Se fija población y se genera empleo y riqueza en el medio rural”, insiste.

LA DIVERSIFICACIÓN Y LA EXPLOTACIÓN.

Además, el director de INTEROVIC considera que el sector tiene otras fortalezas y asegura que “las oportunidades están de cara a la exportación”. La balanza de intercambios es favorable a España, ya que en 2020 se exportó por un valor de casi 200 millones de euros y se importó por un valor de 33 millones de euros, siendo los principales mercados de exportación Francia y los países del Golfo Pérsico.


Por eso asegura que el productor no debe pensar en hoy, sino en mañana y por ello debe vender sus corderos a quien pueda diversificar y exportar, a clientes, comercializadores o cooperativas que tengan planes de futuro y estén estructurados para crecer, ya sea con nuevos productos o países. Lo ideal, según el experto, sería que el ganadero vendiera los corderos a una persona que tenga diversidad de clientes y a su vez pueda venderlos a la hostelería, a la distribución y destinarlos a la exportación. “Eso hace que la empresa sea más grande y crezca. Hay que vender los corderos a alguien que te de posibilidades de diversificar”, insiste.


Por último, es fundamental aumentar el consumo ya sea poniendo la sostenibilidad en el centro, con presentaciones más atractivas, elaboraciones de quinta gama, con acciones de comunicación o buscando nuevos consumidores en el exterior.

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