La Universidad de Burgos (UBU), a través de su Centro Internacional de Investigación en Desarrollo Rural (CIDER), y la prestigiosa bodega Abadía Retuerta, situada en Sardón de Duero (Valladolid), han firmado un protocolo de colaboración que sienta las bases de un ambicioso proyecto de innovación vitivinícola.
El acuerdo fue rubricado en las instalaciones de la bodega vallisoletana por José Miguel García Pérez, rector de la UBU; Enrique Valero Quintana, director general de Abadía Retuerta; y Carlos Rodrigo Gallego, director de Operaciones.
Con esta alianza, universidad y empresa se proponen abrir nuevas vías de investigación y transferencia de conocimiento en torno al cultivo de la vid y la elaboración del vino, con un alcance que abarca desde el ámbito regional hasta el nacional e internacional.
Inteligencia artificial, drones y sostenibilidad en el viñedo
Entre las primeras líneas de trabajo destaca la aplicación de inteligencia artificial a los procesos de viñedo y bodega, la utilización de drones para el análisis del campo y el impulso de diferentes iniciativas de sostenibilidad.
Estas acciones incluyen el desarrollo de proyectos vinculados al uso de aeroplacas voltaicas para mejorar la eficiencia energética, reforzando así el compromiso de Abadía Retuerta con la innovación sostenible.
La bodega, que en 2022 obtuvo la Denominación de Origen Protegida (DOP) propia, avalada por la Unión Europea, refuerza con este convenio su modelo de trabajo basado en la gestión sostenible y en el uso exclusivo de uva procedente de sus propios viñedos. Este reconocimiento internacional certifica la singularidad de sus suelos, el carácter de sus vinos y la excelencia derivada de sus condiciones climáticas y geográficas.
Investigación aplicada y tradición enológica
La firma del convenio no solo consolida el vínculo entre la Universidad de Burgos y una de las bodegas más prestigiosas de Castilla y León, sino que también abre la puerta a una colaboración estratégica en I+D+i aplicada al sector vitivinícola.
El objetivo es claro: generar soluciones que combinen tradición enológica, innovación tecnológica y respeto medioambiental. Una visión que permitirá al sector anticiparse a los desafíos del cambio climático y consolidar la posición de Castilla y León como referente en producción vitivinícola de calidad.
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